Amo la luz natural en todas su vertientes. Desde los colores cálidos del atardecer, hasta la luz dura de medio día que dibuja sombras increíbles.
Para mí una buena fotografía es aquella que mueve algo en el interior, que habla de emociones y experiencias vividas. Una foto que al mirarla te apriete el corazón.
Bosques, prados, lagos y montañas son mi mejor estudio de fotografía. Aunque, confieso, que con el paso del tiempo también me estoy enamorando de las fotos en interior, esas que cuentan historias de las personas que las habitan.
Retratar, retratar y retratar. ¿para qué decir más?
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